Los maestros y maestras de educación especial gozan del desafío del trabajo con los estudiantes con necesidades especiales y la oportunidad de establecer lazos significativos con ellos. Aunque ayudar a estos estudiantes puede recompensar altamente, el trabajo también puede drenar emocionalmente y físicamente. Muchos maestros y maestras de educación especial están bajo tensión considerable debido a las cargas de trabajo pesadas y a las tareas administrativas. Deben producir una cantidad substancial de papeleo que documenta el progreso y el trabajo de cada estudiante bajo amenaza de pleito contra la escuela o el distrito de los padres de los estudiantes si los procedimientos correctos no se siguen o si los padres se sienten que su niño no está recibiendo una educación adecuada, aunque la Ley Federal 108-446 IDEIA pretendía reducir la carga del papeleo y la amenaza de pleito. Muchas veces, estos(as) invierten un tiempo considerablemente extenso a la parte administrative del Programa de Educación Especial (entiendase, Referidos a evaluaciones, terapias, becas de transportación, informes del Distrito/Nivel Central,entre otros. Esto provoca que en ocasiones la calidad y cantidad de tiempo que emplean los y las maestras de educación especial se vea afectado. Muchas veces los y las maestras de educación especial se quejan que son evaluados por su trabajo administrativo y no por el progreso academico que puedan estar experimentando los estudiantes de educación especial. Esto ‘obliga’ a los maestros a sacrificar el tiempo lectivo con los estudiantes para dedicarlo a los trabajos ‘inherentes’ al Programa de Educación Especial.
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El blog especial de Manuel 